Temprano a la mañana antes de ir al trabajo hay que dejar la compra hecha para la casa.
Llegamos al supermercado con el tiempo justo y más de una vez las paredes del estacionamiento sufren nuestra urgencia. Tantos golpes han recibido a lo largo del tiempo que finalmente resulta una buena inversión para el comercio unos topes de estacionamiento que a la vez que le salvan de realizar trabajos de reparación nos ahorran el disgusto de tener que informar al supervisor de nuestro “pequeño accidente”, o sea del hueco que nuestro apuro les acaba de dejar de regalo.
Queda por valorar de forma global cuantos recursos estos pequeños artilugios tecnológicos han ahorrado. Son de relativa fácil colocación y casi nulo mantenimiento, por lo que son de lo más recomendables.